No pudimos descansar mucho ya que el miércoles nos teníamos
que despertar muy temprano para ir a clase, que comenzaba a las 8:15.
Al llegar al instituto, nos hicieron un tour de todo, viendo
las diferentes instalaciones. Lo que más nos llamó la atención fueron las
clases de cocina, taller de construcción… asignaturas que no estamos
acostumbrados a ver pero que son muy útiles en la vida.
Al terminar de verlo todo, nos llevaron a la biblioteca,
donde tuvieron el bonito detalle de regalarnos a cada uno una camiseta con
nuestro nombre, y tras esto comenzaron las exposiciones. Los alemanes nos
hablaron sobre su instituto y su región.
Finalmente, cada uno se fue a la clase de su alemán correspondiente, en mi caso tuve clase de geografía y matemáticas. Era bastante diferente, las clases duraban 90 minutos y se podía salir entre clase y clase ya que había mucho tiempo de descanso.
Para finalizar la mañana fuimos a clase de química y escupimos fuego con un experimento.
Por la tarde, tras comer, nos fuimos a un lago ya que hacía
mucho calor y nos bañamos. Tuvimos la suerte de estar en Alemania justo cuando
había una ola de calor.
Es curioso cómo un lugar que tan poco conocemos, con las
personas correctas, se sentía cada vez más familiar.
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